Nos advierte el autor de que las citas de los pedagogos que comenta en su libro pueden parecer de risa pero lamentablemente no lo son. Pues lo mismo digo yo: aunque lo de las vídeo cápsulas educativas puede parecer de risa no lo es. ¡Hay alguien que lo dice en serio!
¿Qué es una vídeo cápsula educativa? Por lo que he investigado, es un vídeo corto en el que se explica algo. Por ejemplo, aparece un gachó presentando a Albert Einstein como físico alemán de origen judío con una foto de fondo y un letrero sobreimpresionado en el que pone “teoría de la relatividad general”. A continuación, el gachó en cuestión lee de wikipedia lo que es dicha teoría y se despide de nosotros deseando que nos haya sido útil y pidiendo que le demos al “like”. ¡Vamos!¡El colmo de la innovación educativa!
Todo esto demuestra mi tesis de que poco a poco apartamos de nosotros la fastidiosa tarea de leer para pasar a formarnos a través del vídeo como ya comenté en la entrada “¿Volvemos a la Edad Media?”.
De la misma manera que para alimentar a nuestros hijos les damos alimentos variados y nutritivos y no píldoras, no entiendo por qué renunciamos a los buenos libros y confiamos en vídeos para formar a nuestros jóvenes. Creo que con los Teleñecos es más que suficiente.
Lo peor es que la propuesta de las vídeo-cápsulas se promueve en un departamento universitario que no es de un área de conocimiento relacionada con la pedagogía sino con la ingeniería. Y no sé cómo vamos a confiar en ingenieros formados a base de cápsulas educativas. Para más inri, todo esto ocurre mientras que, en el colmo de la cursilería, hemos empezado a llamar a la universidad espacio de educación superior. No parece muy “superior” ver como leen wikipedia en un vídeo cuando se puede estudiar un libro con la materia bien desarrollada y consultar a un profesor que domine la materia.
La verdad es que todas las patologías de la secundaria que describe Ricardo Moreno en su último libro empiezan a colonizar la universidad a velocidad de vértigo. Se nos han llenado los departamentos de expertos educativos y expertos en calidad... que, para colmo de males, nos imponen sus majaderías ante el estupor, la incredulidad e incluso el cabreo de los legos en el lenguaje hueco de la pedagogía.
¿Y cuál es la causa de esta rápida infección? En mi opinión, parte del problema está en que ser experto en tu área de conocimiento es arduo y requiere años de trabajo mientras que decirse experto en calidad educativa sólo requiere tener la cara dura. No en vano, existe una coincidencia casi plena entre los que no se saben su asignatura y estos expertos... que descaradamente utilizan para sus cápsulas aquellos trabajos desarrollados por otros.