domingo, 15 de junio de 2025

Los expertos

“Se toman y se pronuncian palabras jóvenes
Hasta dejarlas pulidas y uniformes
Y nadie recuerda
Qué forma tenían y qué significado.”

(Mientras estemos a tiempo)
El tercer sacramento, Ana Blandiana


Hoy en día, hay expertos para todo. De la óptica cuántica a las lenguas precolombinas, y de los gusanos abisales a los tratamientos dermatológicos, cada día se publican noticias en las que algún rutilante perito nos ilustra acerca de cualquier materia, habitualmente para enmendar lo que creíamos saber. ¡Qué zoquetes somos!

Me sorprende mucho que, a estas alturas de la película, haya expertas en trucos de limpieza. Nos hablan de las típicas recetas a base de bicarbonato y vinagre, sin un ápice de rubor por aquello de la sexualización de las tareas. Parece que más vale ser experto en algo que anónimo defensor de la justicia social.

El auge de la "expertez" es proporcional a la devaluación de las tradicionales acreditaciones de diplomado, licenciado, doctorado, graduado o maestro en áreas concretas de conocimiento. Habida cuenta de que la universidad pública se dedica a repartir títulos que de nada valen, pues es bien poco lo que se enseña y menos aún lo que se exige, se multiplican los autoproclamados expertos, buscadores de fama y de dinero, vendedores de humo y milagrosos jarabes.

Ayer, sin ir más lejos, leía lo siguiente en la revista de ISSN: 2952-4075: "[Fulanita de Tal] es periodista, escritora y experta en cultura pop. Esta última etiqueta se la ha puesto ella misma, pero no le avergüenza presumir de titulaciones inventadas." Más claro el agua. Por cierto, en lo de titulaciones inventadas y en la falta de vergüenza coincide con nuestros políticos.

En este tema hay que reconocerlo la Universidad de Alcalá fue pionera. Allá por 2003 publicó su primera (y última) Guía de Expertos. Fue una iniciativa personal del rector Virgilio Zapatero, político del PSOE, defenestrado posteriormente por el (eventualmente) muy afligido Pedro Sánchez. ¡Qué tiempos aquellos en que la universidad era cementerio de elefantes de políticos de renombre! Ahora prefieren recalar en los consejos de administración. ¿Por qué será?

Guía de expertos UAH

La guía, conservada por alguno como un tesoro, es un monumento a la impostura, un testimonio notable de la enfermedad académica, un indicio esclarecedor de la estulticia larvada, que ha eclosionado en nuestros tiempos en toda su inmunda podredumbre. Ya no tenemos sabios, tenemos expertos.

Gracias a las páginas que nos regaló el inefable rector-político descubrimos que él, catedrático de Filosofía del Derecho era experto en Filosofía del Derecho, o que José Blázquez Galaup, un pésimo vicerrector, se declaraba perito en Gestión Universitaria. Podríamos seguir, pero no merece la pena aburrir al lector con la casposa relación de méritos inventados.

La confección del vademécum se realizó por el sencillo expediente de remitir un cuestionario a 755 profesores, de los que contestaron 444, intuyo que algunos por pura indulgencia. Puede que los trescientos que se abstuvieron de participar en semejante chorrada no se consideraban dignos de la "expertez" de la UAH. Por cierto, el listado da fe de la altísima proporción de profesores Titulares de Escuela Universitaria, esto es, sin doctorado, que había hace 22 años, de los que un porcentaje enorme es ahora catedrático (¿de promoción interna?). ¡Qué talento! ¡Qué capacidad de trabajo!

Como nos alerta Ana Blandiana (Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024), de tanto manosear las palabras, terminamos por olvidar su significado original.



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