domingo, 23 de noviembre de 2025

La falsi huelga por la falsi "infrafinanciación"

Los próximos 26 y 27 de noviembre está convocada una huelga universitaria en la CAM para protestar por la supuesta "infrafinanciación" de la pública y el auge de la privada. Lo que hay detrás de estos movimientos lo explico en un artículo de El Confidencial Digital titulado "¿Qué está pasando en la universidad?", y sobre la falsa "infrafinanciación" también he escrito recientemente en este mismo blog, aunque baste recordar que en los últimos 10 años la financiación de las universidades públicas españolas ha crecido un 30% y los profesores un 13%, para prácticamente el mismo número de alumnos (véase la web del Ministerio de Universidades).

La huelga es un paripé de los rectores y de los sindicatos de clase, cada cual por motivos diferentes. Los rectores no quieren que se les acabe la mamandurría de gestionar sin rendir cuentas, atentos en exclusiva a repartir prebendas a sus redes clientelares. Y los sindicatos no pierden la ocasión de organizarle un jolgorio a Ayuso, para justificar que viven del cuento. Como vemos, ambos pretextos convergen en el anhelo de vivir sin currar.

Lo cierto es que no hay mucho ambiente de huelga. Algunos profesores darán facilidades a los alumnos para quitarse clases, pero no rellenarán el formulario de adhesión para que les descuenten de la nómina: no está la cosa como para perder varios cientos de euros. Y los sindicalistas harán otro tanto, que una cosa es azuzar a los demás y otra muy distinta perder dinero.

Por eso se está espoleando a los estudiantes para que hagan presión, monten ruido y le den un poco de lustre a la protesta. Ellos son manipulables y proclives a perder clases, pero no pierden pasta, pierden conocimientos, aunque ahora no se den cuenta. No es la primera vez que los rectores y la CRUE —su sindicato— movilizan a los estudiantes en su beneficio.

Esta semana los representantes estudiantiles nos han remitido varios recordatorios panfletarios acerca de la necesidad de defender una universidad que, en realidad, les estafa. Es una pena porque la argumentación está llena de simplezas y es gramaticalmente mejorable, pero sobre todo porque evidencia el tejemaneje. Y, mientras, alguno se dedica a viajar y a colocar a sus amigos.

En fin...

MÁS DATOS (no opiniones)

La siguiente gráfica muestra la evolución del presupuesto de la UAH (tomado del Portal de Transparencia de la propia universidad el día 26 de noviembre de 2025). Si el análisis matemático no me falla, parece que no deja de crecer.


domingo, 16 de noviembre de 2025

Viaje de fin de mandato... by the face

Igual que los chicos de 4º de la ESO se van de viaje de fin de curso, el inefable rector de la Universidad de Alcalá se ha ido de viaje de fin de mandato. Han sido 6 años de desvelos e incansable faena al timón de la Cisneriana y se merecía un pequeño homenaje... o, al menos, así lo debe de haber entendido él.

Para poder justificar el paseo by the face, es decir, con cargo a los presupuestos públicos, Saz, que se cree muy listo, se ha inventado el Premio Campus Patrimonio. Un premio que, según proclama su gabinete de prensa, es "prestigioso" desde su nacimiento, hace ahora 2 años.

Pues bien, la estratagema consiste en buscar un lugar apetecible al que peregrinar en otoño y conceder a alguna institución del destino elegido un galardón que justifique el desplazamiento. Como vemos, el premio es prestigioso de cuna y a domicilio. El Premio Glovo y José Vicente, su rider.

El rector rider José Vicente Saz
El rector rider José Vicente Saz

Estaremos de acuerdo en que Boston mola mucho en esa época del año y que por allí cerca anda la Universidad de Harvard. ¿Pues para qué queremos más? "¡María! Haz la maleta, que nos vamos a los USA" le dijo el rider a la vicerrectora de Relaciones Institucionales y Coordinación. Y esta, sin pensárselo dos veces, preparó los modelitos y la cuenta de Instagram (Aviso: puede herir su sensibilidad).

¿Los Nobel no se recogen en Estocolmo? ¿Los Princesa de Asturias, en Oviedo? Pero estos, son tan "prestigiosos" que se llevan a domicilio por el mismo precio. El precio de la "infrafinanciación" de la universidad pública, que da para un viaje de fin de mandato. Ya me veo a Georgina Rodríguez anunciando el Premio Glovo.

Me imagino las caras de los dirigentes de Harvard cuando se enteraron de la distinción que les hacían allende los mares. Idea que me confirman las fotos de la "ceremonia" de entrega, en la que la delegación "premiante" fue recibida por un único receptor "premiado", Alan Garber, pues intuyo que los demás tenían cosas más importantes que hacer. No cabe la menor duda de que el rector rider es un sinvergüenza, al menos, por osado y desinhibido... o un absoluto insensato.

En estos tiempo de "infrafinanciación" de la universidad pública, hay que destacar que además del rider y la vice Sarabia, se desplazaron Javier de la Mata, vicerrector de Investigación y Transferencia, Javier Rivera, vocal del Consejo Asesor, y Cristina Crespo, directora de Gabinete del rector. Que cada cual eche sus cuentas o se las pida a la IA, que es más moderno, y sume con los gastos de la cafetería, las licencias de streaming, etc.

Este sainete es el epítome de la gestión de Saz, que ha intentado frenar la evidente decadencia de la UAH con campañas de publicidad, embajadores de trapo, premios para amigos, cargos a dedo y ocurrencias a la altura de su futilidad docente e investigadora. La siguiente fotografía habla por sí misma.
El rector José Vicente Saz con Hormona y Neurona
El rector con los Teleñecos de la UAH

Con todo, me pregunto: ¿habrá algún miembro del Consejo de Gobierno que pregunte al rector por los gastos del viaje de fin de mandato, los objetivos buscados y los resultados obtenidos? ¿O están todos tan apesebrados que se han quedado mudos? ¿Dirá algo el candidato "opositor" a rector, Portilla? Porque el candidato "oficialista" sólo está esperando a que llegue el día de las elecciones para ir pensando a quién se le entregará la siguiente edición del "prestigioso" Premio Glovo.

No cabe un tonto más... y contra esto no hay "infrafinanciación" que valga.

jueves, 6 de noviembre de 2025

Del "funeral laico" a la "infrafinanciación": como usar el diccionario del mentiroso

Vivimos en la era de la publicidad, de las consignas, de los eslóganes. La verdad no importa. Lo que interesa es evocar ideas atrayentes, aunque sean falsas, para que permeen las almas y las entontezcan.

En mi bachillerato se estudiaba lógica filosófica y nos enseñaban los diferentes tipos de silogismos. Así aprendíamos a detectar falsedades veladas. Todavía hoy me sale analizar los spots publicitarios bajo ese prisma y me parto de risa. Hoy BARBARA, CELARENT, DARII, FERIO quizá suenen a estrellas de Spotify, pero no más.

Nos timan sin esfuerzo. Usan las palabras para engañarnos y ni nos enteramos. Ahí está el "funeral laico" del otro día, que, en realidad, fue un holocausto expiatorio en el que se sacrificó un zote terco, entregado dócilmente a su propia inmolación.

Lo del "funeral laico" suena a oximoron. Un funeral es una ceremonia abierta a la trascendencia, es decir, al más allá, sea este de la naturaleza que sea: el estado de Visión Beatífica para los cristianos o el Valle de los Juncos para los antiguos egipcios. Sin embargo, al adjetivarlo con la palabra "laico" pierde su sentido original y evoca otro tipo de celebración: un memorial. Pero, ¿por qué no llamamos a cada cosa por su nombre? Muy sencillo. Un memorial tiene menos presencia que un funeral y lo que buscaban los organizadores del acto era un decorado ostentoso para escenificar la oblación política con empaque. Esto es, la pompa de la liturgia católica, pero sin el molesto más allá, que siempre reclama paciencia, compresión, misericordia, veracidad, generosidad, etc.

Dicho sea de paso, me llama la atención que no haya salido ningún obispo de la Conferencia Episcopal a señalar la trampa. Creo que si no defienden su negociado, dentro de poco sobrarán por completo. Parece que se han autoexcluido de la vida pública. Deberían tomar nota de lo que le hicieron al faraón Akenatón cuando se le ocurrió postergar el culto al dios Amón. Se la liaron parda y tuvo que venir su hijo Tutankamón a poner orden. En fin, ellos sabrán.

Existen otros ejemplos de ilusionismo semántico: "justicia social", "clase invertida", "relación abierta" y muchos más. No obstante, estos días han puesto de moda una palabreja nueva: "infrafinanciación". Con este neologismo se pretende fabricar la sensación y difundir la falsa idea de que la universidad no dispone de fondos suficientes para poder llevar a cabo sus fines, evidentemente por culpa de la derecha en general y de Ayuso en particular. No seré yo quien defienda en mi blog ni a la una ni a la otra, pero sí que voy a demostrar que la universidad pública dispone de los recursos necesarios para cumplir su misión.

La LOSU eliminó el requisito de que el 51% del personal docente fuera funcionario, lo cual ha conducido a la precarización del profesorado, disminuyendo la tasa de funcionarios a una horquilla que va del 28% al 38%, aumentando el porcentaje de ayudantes doctores y abusando de la figura del sustituto, introducida por la nueva ley para cubrir temporalmente las ausencias del personal docente e investigador. La consecuencia ha sido la disminución de la masa salarial de los docentes. Además, lo que observamos desde dentro es que un porcentaje enorme de funcionarios disfrutan de descargas docentes, cargos con derecho a complemento retributivo y licencias varias, evidenciando una política irresponsable, incompatible con el fingido escenario de penuria económica.

Y, ¿en qué se gasta la parte del presupuesto que no son nóminas? En edificios vacíos, campañas publicitarias —recordemos a Hormona y Neurona—, proyectos fallidos, la reforma de la cafetería del rector, licencias de streaming, el viaje de "fin de mandato" a Harvard, etc.

Los fines de la universidad son la búsqueda de la verdad y la docencia, y para alcanzarlos hay dinero suficiente. Lo que falta es estudio —no investigación, que se reduce a publicar papers sin relevancia— y ponerse a dar clase. Ahora bien, para las ocurrencias, las sinecuras, los viajes, los premios y las chorradas, sí que hace falta dinero, a espuertas, ya que son un pozo sin fondo.

Por otra parte, estoy de conmemoración porque esta es la centésima entrada de mi disruptiva bitácora. No se me ocurrió pensar, hace ya nueve años —aquel noviembre de 2016 en el que empecé con mi murga— que llegaría a escribir 100 entradas y menos aún que pudiera alcanzar alguna vez las 100.000 visitas (quedan muy pocas). No creo que conquiste el título de "influencer" y menos aún que viva de ello, pero me daré con un canto en los dientes si un nuevo Guy Montag abre los ojos.

Es de justicia reconocer aquí y ahora a dos de mis grandes seguidores: Clara y Javier. Tengo para mí que disfrutan de algún poder extrasensorial que les permite presagiar el momento en el que pulso el botón "publicar", pues me da la sensación de que leen cada nueva entrega nada más aparecer. ¡Gracias! ¡Esta faena va por ustedes!