Se cumplen hoy tres semanas del apagón y seguimos sin tener una explicación convincente acerca de sus causas, aunque la ministra competente descartó el ciberataque y confirmó que las desconexiones comenzaron en Granada, Badajoz y Sevilla. Me da la sensación de que hay cierto interés en que la frenética actualidad haga caer en el olvido un tema tan serio como este y me parece muy grave, pues la salud de la democracia no está en pedir el voto cada cierto tiempo, sino en que la acción de gobierno esté presidida por la verdad y la transparencia, como medios indispensables para alcanzar el bien común. Sin información veraz, los ciudadanos no podemos formarnos una opinión fundada y elegir lo que nos conviene: somos manipulados.
Con todo, lo que me más me escandaliza son las declaraciones de Pedro Sánchez sobre las centrales nucleares del día 29 de abril: "Lejos de ser una solución han sido un problema porque estaban apagadas y ha sido necesario desviar a ellas grandes cantidades de energía para mantener sus núcleos estables".
No me declararé experto* en nada, pero soy doctor en CC. Físicas y algo sé de Electrotecnia, del sistema eléctrico y de la energía nuclear. Veamos: cuando un generador, del tipo que sea, se queda sin carga por desconexión de la red o por falta de demanda, inmediatamente hay que detenerlo para que no se deteriore, ya que corre peligro de embalarse alocadamente. Si el generador está asociado a un reactor nuclear, hay que parar la reacción y proceder a enfriar el combustible haciendo circular agua. El procedimiento, más allá de cualquier otra consideración, es de sentido común bajo criterios de seguridad, de durabilidad y de ahorro de recursos. Es lo mismo que sucede cuando apagamos un proyector de diapositivas: realmente no se desenchufa hasta que la lámpara no se enfría suficientemente. ¿Se podría apagar inmediatamente? Sí, claro, pero la lámpara, que es cara, duraría menos.
Así, cuando Pedro Sánchez alude a la estabilidad de los núcleos, dibuja un escenario tan siniestro como ficticio, pero cuando afirma que ha sido necesario desviar energía hacia ellos, miente miserablemente, puesto que las centrales disponen de sus propios grupos electrógenos de emergencia, que entraron en funcionamiento con absoluta normalidad, tal y como sucedió en hospitales y en tantos otros lugares que albergan servicios críticos.
Ciertamente, no puedo conocer las intenciones del Presidente de mi Gobierno, pero es natural intuir que pretende alentar el miedo a las centrales nucleares**. Las palabras han de usarse para manifestar la verdad y si no es así, empieza a oler a chamusquina.
Se habla mucho de si el día del apagón había demasiada generación renovable o no. Sin meterme en cuestiones técnicas, sólo recordaré que las placas solares producen corriente continua y que para conectarlas a la red hace falta un equipo, que se conoce como inversor, que requiere una señal alterna de 50Hz generada en algún otro lugar. Sin ella, las cosas no funcionan. Pues bien, el propio Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 indica en su página 311 que la "generación mínima necesaria [para garantizar la estabilidad dinámica del sistema eléctrico] corresponde a la generación a mínimo técnico de 5 grupos nucleares y 5 grupos térmicos". Es decir, que ya se sabía que un exceso de renovables no garantizaba la estabilidad del sistema eléctrico***.
Usar renovables está muy bien, pero no basta con engancharlas a la red. Es necesario invertir en almacenamiento de la energía sobrante y prevenir sus efectos indeseables, que son de sobra conocidos.
Ni las placas solares son de izquierdas ni las nucleares de derechas. Dejémonos de discursos pueriles y centrémonos en un análisis estrictamente técnico, por favor.
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* Sobre el tema de los "expertos" tendría que escribir una entrada. Ahora ya no hay licenciados, doctorados, graduados o maestros en áreas concretas de conocimiento, sino "expertos", que pontifican a favor del mejor postor, sin que sepamos quién les ha otorgado el título correspondiente o, lo que es peor, habiéndose autoproclamado peritos ellos mismos, tan ayunos de ciencia como empachados de desvergüenza.
** La radioactividad es un fenómeno natural. El granito y los fosfoyesos, por ejemplo, radian y nadie deja de ir a La Pedriza o de comerse un plátano por ello. La radioterapia nos cura. Además, ¿por qué temer a la radiación alfa y no a la electromagnética de nuestros móviles?
*** Si eliminamos la generación nuclear, para conseguir la imprescindible señal de 50Hz. tendremos que quemar gas, emitiendo CO2... o depender de las nucleares de Francia.
Me parecen interesantes las reflexiones de Diana Furchtgott-Roth acerca de los planteamientos energéticos en Europa. No digo que sean acertadas ni lo contrario. Habría que pensarlo despacio, pero sí que me parece que deberían tenerse en cuenta más variables a la hora de decidir qué tipo de producción energética se ha de llevar a cabo: no basta con el buenismo ecologista. Dejo un enlace:
ResponderEliminarhttps://www.20minutos.es/noticia/5715544/0/equipo-trump-atribuye-apagon-28-abril-los-problemas-dos-plantas-solares-espanolas-5715544/
Los experimentos con gaseosa, se suele decir. Esta noticia nos cuenta que Red Eléctrica experimentó con las renovables el día del apagón, quizá para que Pedro Sánchez pudiera colgarse una medalla en una reunión con empresarios prevista unos días más tarde: https://www.elmundo.es/economia/empresas/2025/05/25/68333fc0e85ece48658b4596.html
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