miércoles, 15 de abril de 2020

A mis alumnos confinados por COVID-19

Estimados alumnos confinados por COVID-19:

La intranquilidad y angustia que experimentáis respecto a los procedimientos de evaluación es comprensible dada la falta de certezas que padecemos en estos días. Me gustaría subrayar que la zozobra no se sufre sólo por vuestro lado sino también por el lado del profesorado. No obstante, en vez de alentar las emociones negativas, es mucho más sano ver la situación como una oportunidad y planificarse el aprendizaje de la manera más cómoda y eficiente posible. Dado que disponemos de más tiempo, ya que nos estamos ahorrando los desplazamientos, vamos a dedicar ese tiempo adicional a preparar las asignaturas haciéndonos unos buenos apuntes y resolviendo los ejercicios propuestos. Si tenéis preparadas las asignaturas, ¿qué más da cómo se evalúen? Pensemos en aprender, no en aprobar.
Planteáis un panorama dantesco: gran variedad y cantidad de dificultades, falta de claridad ante los temas, imposibilidad de seguir la asignatura con los recursos disponibles en Internet, dudas imposibles de resolver por correo electrónico... Y proponéis una solución que viene a ser el Bálsamo de Fierabrás (léase el Quijote), que disolverá todas las dificultades como por ensalmo, a saber, los vídeos.
Los vídeos educativos se han convertido en la punta de lanza de la neopedagogía y se nos presentan como lo más próximo a la ciencia infusa. Esa ciencia que se adquiere sin esfuerzo, de ahí lo de infusa, concedida por arte de magia. Como en Matrix, ¿recordáis? Si hace falta, me puedo bajar al cerebro el manual de pilotaje del último ingenio volador. Se nos vende la idea con diferentes nombres: píldoras educativas, vídeo cápsulase-learning, etc. Y ha cundido la fe en ellos como puede cundir en la eficacia de un crecepelos revolucionario. La idea es evocadora pero nada más.
Siento desilusionaros, pero el conocimiento se formaliza y se transmite a través de la lectura y el trabajo intelectual. En la vida real, el gobierno es por escrito, los contratos son por escrito, las especificaciones de un proyecto son por escrito, los pliegos de condiciones son por escrito, los manuales son por escrito... y así todo. Hay que aprender a escribir bien y hay que adquirir la destreza de leer bien. El uso de vídeos para transmitir conocimiento, como ya os expliqué un día, es una vuelta a la Edad Media, una época en la que la gente normal no sabía ni leer ni escribir y tenía que aprender a través de las imágenes de los templos y las actuaciones de los trovadores. ¡Por favor! No vayamos para atrás.
Tenéis material abundante para preparar cada uno de los temas de la asignatura: una colección de diapositivas que representan el equivalente a la clase presencial, una documentación complementaria que equivale a la bibliografía, una colección de problemas y sus correspondientes soluciones. Además, las prácticas de laboratorio para las que contáis con las herramientas de desarrollo, las colecciones de dispositivas, las prácticas a realizar y las soluciones a las mismas.
No entiendo qué aporta la "clase telemática" o los "vídeos pregrabados". Tenéis las presentaciones para que las estudiéis cuando consideréis oportuno y os hagáis unos apuntes con ellas y la bibliografía complementaria. Y para las dudas, me tenéis a vuestra disposición en el correo electrónico, que en el presente estado de confinamiento es como estar de guardia las 24 horas del día.
Solamente en problemas resueltos creo que hay más de medio centenar. Editados de una manera clara, detallada y con ilustraciones. Una “currada” como diríais vosotros. Todo un arsenal de medios online con los que trabajar la materia. Y ahí está el secreto: en la palabra TRABAJAR. Hay que organizarse, leer las presentaciones y la documentación, confeccionar unos apuntes, intentar resolver los problemas, contrastar las soluciones... Es decir, ser sujetos activos del aprendizaje, porque sin esa disposición nada se puede conseguir, ni con clases presenciales ni sin ellas.
Vivimos unos días en los que es muy fácil caer en el temible "déficit de atención". Un síndrome derivado de la incertidumbre y del compulsivo deseo de consumir noticias. Os aconsejo esconder el móvil durante varias horas cada día porque este cacharro nos roba el tiempo y la vida: no podemos atender a todos los vídeos que nos mandan, ni ver todos los memes que recibimos. Las noticias son reiterativas y no aportan nada más que creciente incertidumbre. Poned un poco de orden y a ESTUDIAR. Y seguro que ese panorama dantesco que describís se transforma.
Convenceos, la ciencia infusa no existe. Es un concepto religioso que el propio libro del Génesis presenta como un don malogrado, que no se va a hacer realidad por muchos vídeos que veáis. Que nadie os engañe. No pongáis en los demás la responsabilidad que solamente a cada uno atañe.
Espero haber contribuido con mis reflexiones a que no perdamos de vista lo importante. Tranquilidad, calma, estudio, trabajo.
Saludos cordiales.

Vuestro profesor