miércoles, 31 de mayo de 2017

Adelaida, La Prejuiciosa

Según la RAE, un prejuicio es una opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.
Estos días hemos conocido la sentencia del Tribunal Supremo según la cual los colegios que siguen el método de educación diferenciada tienen derecho a ser subvencionados con fondos públicos porque no incurren en ningún tipo de discriminación. Textualmente dice el alto tribunal: “no se puede asociar la enseñanza separada con la discriminación por razón de sexo”
En consecuencia, la Junta de Andalucía deberá restablecer el concierto que eliminó alegando que agrupar en aulas distintas a niños y niñas es una práctica discriminatoria.
Al conocerse la noticia, Adelaida de la Calle, Consejera de Educación de la Junta, declaraba, según escuché en un programa de radio, que acatarían la sentencia (¡memos mal!) pero que la coeducación (colegios mixtos) es la única educación que garantiza la igualdad y previene la violencia de género.
Me llama la atención esta afirmación rotunda que no es más que una opinión personal sin sustento científico. ¿Qué tiene que ver que los niños y niñas compartan o no aula con la igualdad y la violencia? La experiencia no demuestra lo que afirma esta señora: después de 40 años de coeducación mayoritaria en España comprobamos como la violencia de género, lejos de atajarse, es un problema en crecimiento.
Tanto la coeducación como la educación diferenciada tienen, según estudios de especialistas de todo el mundo, ventajas e inconvenientes. En mi opinión, el trabajo de Alan Smithers y Pamela Robinson de la Universidad de Buckingham titulado The paradox of single-sex and co-educational schooling me parece especialmente interesante por su neutralidad y rigor. El análisis se aborda desde múltiples puntos de vista: el rendimiento académico, la distribución de estudios superiores seguidos, el desarrollo emocional, las preferencias de profesores y alumnos, la opinión de los padres, etc. Después de 30 páginas de un concienzudo y documentado análisis de todos y cada uno de estos aspectos, los autores concluyen que no es mejor ninguno de los 2 sistemas. Con cierta ironía señalan que la gente “sabe” que su sistema favorito es el mejor pero no puede probarlo… (“the beliefs are so strong and the evidence is so weak”).
Me parece grave que un político se arrogue el derecho a imponer sus opiniones en el ejercicio de su actividad ya que es un servidor público no un ingeniero social. En este caso, la elección del tipo de educación es un derecho de los padres y, le guste o no a la señora Consejera de Educación, su función es garantizar el derecho de los padres no poner cortapisas.
Quizá lo que debería hacer Adelaida de la Calle es fomentar una educación basada en el esfuerzo y en el conocimiento que garantizara a los más desfavorecidos el ascenso social. Y, puestos a vigilar los conciertos educativos, ¿por qué no impiden la doble financiación de algunos colegios concertados que reciben dinero de la Administración a la vez que exigen de manera encubierta cuotas a los padres?

Adelaida de la Calle


NOTA (9 de junio de 2017):
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha cesado a la titular de Educación, Adelaida de la Calle, según informa hoy la prensa, como consecuencia de la remodelación de su gabinete.

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