sábado, 24 de febrero de 2018

De TBLs, Blinks, Kahoots, Flips, PLEs y otras pamplinas

Alguien pensará al leer el título de la entrada que soy un borde intolerante por calificar de pamplinas la retahíla de términos que manejan los gurús de la innovación educativa. Para más inri alguno me calificará de vejestorio trasnochado.
La verdad es que me importa un carajo. Si ellos se atreven a justificar su vacuidad tras el uso de términos anglosajones como si supieran de algo cuando no saben de nada, no seré yo quien deje de señalar que el rey va desnudo.
Las siglas TBL vienen de Thinking-Based Learning que traducido significa aprendizaje basado en el pensamiento. El descubrimiento de los promotores del TBL es de magnitudes galácticas: para aprender hay que pensar. No está mal. Hasta ahora para aprender no habíamos pensado. No sé cómo la humanidad ha llegado hasta aquí sin TBLs.
Parece ser que la gran idea de aprender pensando se la debemos a Robert Swartz, director del NCTT en Boston (EE.UU.) *. Evidentemente, tiene mérito ganarse la vida dando conferencias por todo el mundo diciendo estas cosas. “Hay que enseñar a pensar más que a memorizar” es una de sus conferencias. No está mal: buscamos un enemigo (la memoria) y ya tenemos la guerra. Pero no creo que haya que contraponer memorizar y pensar. Yo estoy muy agradecido a los que me hicieron memorizar cosas que no entendía porque ahora las entiendo y las recuerdo de carrerilla.
Blink (parpadeo en inglés) es una plataforma de aprendizaje que forma parte de la mochila digital. Lo de la “mochila digital” es otra ocurrencia brillante, eso hay que reconocerlo. Esta plataforma muestra todos los libros digitales que necesita el alumno y permite hacer exámenes. Entonces, ¿ya no tengo que comprar los libros cada curso? Noooo. Ahora tienes que comprar una licencia para cada curso... porque las editoriales no viven del aire.
Kahoot es una plataforma para jugar con el móvil. Si usas esto tienes asegurado alcanzar el Olimpo de los profesores enrollados. Es el aprendizaje basado en el juego o “gamificación” (¡cágate lorito!). Aún admitiendo que algún alumno aprenda algo, me gustaría saber qué rendimiento tiene el sistema. Es decir, qué tipo de conocimientos quedan y cuánto tiempo se ha consumido en transmitirlos. Es más, después de una sesión de Kahoot, ¿qué disposición muestran los alumnos en las horas siguientes?
El Flipped Learning es la bomba de la innovación. Viene a ser dejar de hacer en clase lo que entendemos que se hace normalmente para facilitar otros procesos (¿?). En la práctica consiste en grabar un video con la explicación que antes de hacía en clase. Ese vídeo lo “visionan” los alumnos por la tarde en su casa y al día siguiente se “trabaja” en clase el vídeo “visionado” anteriormente. En teoría, invertimos (flip en inglés) el orden de las tareas siguiendo el sistema anglosajón de la enseñanza superior: el profesor indica los temas a investigar y en la siguiente clase hace un resumen y resuelve ejercicios.
No estoy en contra de los vídeos de entrada, pero la explicación en carne mortal del profesor tiene la ventaja de que se puede interrumpir con dudas mientras que el vídeo no. Por otra parte, está el tema de si los chicos ven el vídeo o no y, finalmente, está la discusión de cómo se “trabaja” el tema y qué rendimiento académico obtenemos. ¿Me pueden asegurar que sea mayor o igual que el tradicional?
Por otra parte, ya he hablado en otras entradas (Aprendizaje de película, ¿Volvemos a la Edad Media?) de que abusar del vídeo tiene un efecto negativo en la capacidad de abstracción y en el desarrollo de las competencias en lectura y escritura.
El PLE es la guinda. Responde a la siglas de Personal Learning Environment o entorno personal de aprendizaje y viene a ser el conjunto de recursos de que disponemos para aprender. Para algunos sólo se refiere a recursos digitales como tabletas, blogs, foros, etc. mientras que para otros incluiría la vieja enciclopedia que hay en casa o al abuelo cebolleta que cuenta mil historias. Como descubrimiento no está mal. Yo no sé cómo pude hacer mis estudios sin que mi profesor programara mi PLE.
Después de esta somera enumeración de medios innovadores se hace patente por qué se usa el inglés para referirse a ellos. Si lo decimos en castellano se descubre su vacuidad a la legua. En definitiva, todos estos “palabros” en inglés no son más que métodos, medios para alcanzar el fin que es transmitir conocimientos. Y resulta patético fijarnos en el medio y olvidar el fin. Es como si, cuando se inventó el bolígrafo, nos hubiéramos puesto a hablar del avance de la pedagogía por usar este instrumento en lugar de la tinta y la pluma.
¿Por qué entonces esta proliferación de “innovación educativa”? Creo que en parte la causa la podemos encontrar en el marketing de centros privados y concertados. Al fin y al cabo para subsistir necesitan alumnos y deben competir para llenar sus aulas. No es lo mismo ofrecer exigencia que aprendizaje sin esfuerzo. No es igual una página web ilustrada con pizarras digitales y niños sonrientes que una pizarra tradicional con formulas matemáticas. La web debe ser evocadora y eso lo sabe el gestor educativo...
Y luego están todos aquellos que montan empresas para vender contenidos digitales, tabletas, cursos de coaching y que se hacen ricos “enseñando a enseñar”. Ahora lo que se lleva no es transmitir contenidos (eso ya está en Internet, dicen) sino valores **. ¡JAJA! Bonita excusa para no currar.


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* La educación secundaria en EE.UU. no es buena. La fama de excelencia que tiene el sistema norteamericano viene de la mano de algunas universidades. No todas y sobre todo en su tercer ciclo. Es, por tanto, natural que en EE.UU. alguien haya propuesto que hay que pensar para aprender. Lo que ya no tiene justificación es copiar lo que hacen otros cuando no es adecuado ni conveniente porque nuestro nivel educativo era superior.
** Puestos a transmitir valores, ¿por qué no el primero de ellos que es el del esfuerzo personal? Aseguran que no hay que enseñar lo que está en Internet. Como si en Internet estuviera todo, como si estuviera bien o como si, por estar en Internet, estuviera en mi cabeza.

mochila digital




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