miércoles, 5 de marzo de 2025

¡Gracias!

Gracias a todos los que me habéis mostrado vuestro apoyo tras el ruin y cobarde liberticidio que he padecido en los últimos días. ¿Quién me iba a decir que sufriría semejante ataque a la libertad de expresión? Una agresión taimada, artera, desde el anonimato y por la vía facilona de darle al botón de denunciar que ofrece Blogger. Como ya peino canas, puedo asegurar que disfrutamos hoy de menos libertad que en tiempos pasados. ¡Sin lugar a dudas! Pero no es el momento de plantar cara a las bellaquerías. Todo llegará.

Gracias a mis lectores de la Universidad Complutense, profesores y alumnos, que allí también cuecen habas. En especial a Clara, siempre atenta a la última publicación, que ha tenido a bien endulzar las amarguras de la injusticia con el deleite de la pastelería refinada de Casas-Ibáñez. Tengo para mí una teoría no demostrada y seguramente indemostrable de que el grado de civilización de un pueblo se puede medir por el número de pastelerías por habitante.

Gracias también a los seguidores de la Universidad de Alcalá y en especial a mis antiguos alumnos. A Pablo, que se ofreció a ayudarme a trasladar el blog a un dominio propio. Ya lo haremos. El liberticidio ha demostrado que es necesario seguir denunciando, porque la universidad pública ha de estar al servicio de la sociedad, de los alumnos, no de una secta que pretende servirse de ella.


domingo, 19 de enero de 2025

Cursilerías

La cursilería está de moda y el mundillo académico no iba a ser ajeno a esta forma de afectación. Seguro que habrán escuchado eso de que "formamos alumnos para profesiones que aún no existen". ¡Valiente chorrada! 

¡Pues claro! Siempre que llevamos a cabo una tarea con proyección de futuro, como, evidentemente, lo es la formación de los jóvenes, lo hacemos sin conocimiento del porvenir, pues no somos adivinos, ¡gracias a Dios!

Los cursis, que adornan su intervención en un acto con esta patochada, manifiestan, sin percatarse, su necedad e insolvencia. Como no saben qué decir, acuden a los lugares comunes de la impostada erudición.

Lo único cierto, si queremos formar bien a los chicos para profesiones conocidas o por inventar, es realizar una correcta identificación de objetivos académicos, que habrán de plasmarse en una planificación docente basada, necesariamente, en conocimientos actuales.

Hacinar asignaturas sin sentido o dejar que los alumnos "sean protagonistas" (otra cursilada) de su proceso de enseñanza-aprendizaje, no es más que justificar la indolencia de los (ir)responsables académicos, que abandonan a los estudiantes a su destino, mientras ellos viven del cuento.

Si queremos avanzar en el conocimiento, es indispensable saber lo que han hecho otros, para, desde ahí, seguir construyendo. Pretender ser perito de lo desconocido sin dominar lo conocido, es de cretinos o ilusos.

La cursilería tiene mucho de mentira, postureo y presunción. Enumero algunas de estas falsedades que tanto venden hoy en día:

  • cambiar la didáctica por la pedagogía: en lugar de ofrecer un hilo conductor al estudiante, para que sea capaz de comprender la materia, el profesor que no se la sabe, se centra en los métodos, tan innovadores como ineficaces, atribuyéndoles la gracia de infundir conocimiento por sí mismos
  • confundir burocratización con calidad: sin reparar en el cartesianismo que subyace, muchos piensan que los procedimientos (métodos) aseguran la calidad, cuando lo único que garantizan es el consumo de papel y de tiempo
  • sustituir el estudio por la investigación, y ésta por las publicaciones: después de la docencia, el primer deber del profesor es estudiar, pero muchos se dedican a "investigar" sin saberse la lección y terminan captando alumnos para que les hagan los artículos que publican, sin enseñarles nada
  • desertar de la tiza para emplearse en la gestión: la docencia, como cualquier tarea eminentemente antropológica, es fatigosa, pues nunca está garantizado el éxito completo y, por ello, muchos de estos cursis la abandonan para dedicarse a la burocracia, una manera de entretenerse, aparentando que se trabaja mucho en servicio a los demás
  • los profesores vocacionales: esos que proclaman su llamada, para terminar desertando de la tiza o justificar que no dan ni palo al agua


Los profesores vocacionales

Esta categoría de caradura merece una entrada por sí misma. Apelar a la vocación tiene ese algo de misticismo que siempre atrae al cursi. Evoca una llamada, una misión para la que, normalmente, el comendador otorga los medios. El que dice tener vocación, nos quiere convencer de que ha sido elegido y de que es bueno en lo suyo, pues ha recibido las gracias necesarias para acometer su elevado encargo.

No diré que no haya casos vocacionales, pero la mayor parte de los que se arrogan semejante distinción, son unos farsantes. Además de la vocación, hace falta trabajo, esfuerzo y continua preparación. Se puede haber recibido la llamada para la docencia, la investigación o la interpretación musical, pero si no se trabaja, lo normal es que se caiga en la chapuza.

Algunos de estos embaucadores son unos completos desertores de la tiza y unos vagos redomados, como aquel que en un Consejo de Departamento nos reveló que el auténtico profesor no necesita hacer exámenes, pues ve en los ojos del alumno si ha superado la materia.

Yo, con total sinceridad, me declaro profesor sin vocación.



martes, 17 de diciembre de 2024

Cuando la estulticia se viste de burocracia

Si a un profesor normal le dicen que para dar clase sobre la literatura del Siglo de Oro ha de vestirse como el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha o que para explicar electrónica digital tiene que disfrazarse de electrón, inmediatamente pensaría que el interlocutor es tonto o que le han tendido una trampa en un episodio de cámara oculta.

Sin embargo, en la Universidad de Alcalá se ha propuesto un grupo de innovación docente denominado “La indumentaria histórica como recurso de aprendizaje innovador e interdisciplinar” que ha sido sometido a la sesuda evaluación del pertinente consejo asesor en convocatoria “oficial” del ministerio, ¡perdón!, del Vicerrectorado de Innovación Docente, de manera que la estupidez se ha sustanciado en acto administrativo, pasando automáticamente del mundo de las tontunas a materia burocrática.

Gracias a Dios, y a algún inusual destello de lucidez, dicho grupo ha sido calificado como “no favorable” terminando, por ahora, el recorrido de la bobada, aunque no deberíamos descartar que en la siguiente convocatoria pudiera salir adelante, porque lo importante es ir preparado al personal, poco a poco, para que acepte la estulticia como genialidad.

Otros grupos de innovación docente no le andan a la zaga: "Inteligencia colectiva aplicada a la evaluación", "Reflexión y coordinación: innovar en la docencia de la telecomunicación", "Retos del docente en ingeniería química y ambiental", "Supremas", "Guadalajara laboratorio real de aprendizaje docente", "Grupo de innovación docente para el compromiso y liderazgo a través de la innovación y la orientación", "Interpretación interdisciplinar de la edad media para la educación en competencias. Hita y su arcipreste", "Enseñando programación para el desarrollo sostenible" (aquí habría que fichar a Begoña Gómez) y un largo etcétera.

El lector ya se habrá dado cuenta de que no hace falta que el nombre del grupo identifique nada razonable, sino que basta con mezclar de una manera más o menos ingeniosa los términos mágicos "innovación" e "interdiciplinar" y los archiconocidos "gamificación", "flipped learning" o "clase invertidaque he evitado seleccionar en la recopilación anterior por manidos para evocar el aroma de la elusiva ciencia infusa y caer rendidos a la seducción de lo novedoso. Todo falso y peligroso cual sirenas de Ulises en la Odisea.


Estos grupitos no sirven para nada y lo sabe todo el mundo, pero en la Universidad de Alcalá son necesarios para superar el programa de evaluación de la calidad docente (DOCENTIA) y por eso hay tanta demanda. Llevamos años innovando en estas bobadas y ninguna se ha trasladado a las aulas, salvo la clase invertida que básicamente se concreta en decirles a los alumnos: tú te lo estudias por tu cuenta y yo vengo a clase a resolver dudas, es decir, a cobrar sin trabajar. ¡Fantástico!

Lo peor de todo es que este culto a la estulticia crea todo un órgano administrativo con su vicerrector y organigrama completo de cargos académicos y servicio de personal administrativo, su Consejo Asesor del Centro de Apoyo a la Innovación Docente y Estudios Online-IDEO (ahí es nada) y toda su parafernalia. Cada curso académico se abren convocatorias de creación, evaluación y seguimiento de grupos de innovación docente y de proyectos de innovación docente, en las que se procesan decenas de expedientes en interminables procedimientos que aseguran el entretenimiento de mucha gente.

Al vestir la estupidez de burocracia se mitiga bastante la natural repulsa que produce este disparate, provocando que caigan más cretinos en sus redes. A final, todo este trabajo en balde, de solicitantes y evaluadores, detrae recursos económicos y personales con el único fin de mantener un teatrillo absolutamente estéril de falsa erudición. Y, mientras, los rectores piden más dinero, porque dicen que no les llega con la financiación pública que se les pasa, sin rendir cuentas, como sería deseable, parapetados en el derecho a la autonomía universitaria. Un descarado y absoluto fraude a la sociedad.


martes, 10 de diciembre de 2024

Vendedores de humo... ¡espacial!

“[…] hubo un tiempo en el para decir tonterías
no se necesitaba haber pasado por la universidad.”

Prohibido repetir, Gregorio Luri


Para convencerse de que el castellano es un idioma lleno de luz, feracidad y sabor basta con paladear alguna de esas locuciones llenas de sabiduría que tanto dicen en pocas palabras. Vaya un ejemplo muy a propósito de lo que acontece estos días con el cosmos y la Universidad de Alcalá. Según la RAE, "vender humo" es "tratar de convencer con palabras o argumentos carentes de sentido".

Los vendehúmos se adornan de los méritos de otros en beneficio propio con el fin de obtener algo para lo que no están capacitados. En el caso que nos ocupa, es la NASA el banderín de enganche, el espejuelo que atrae nuestra atención.

Humo con el logo de la NASA

Todos sabemos que la National Aeronautics and Space Administration goza de ese halo de prestigio a prueba de bomba que cumple a la perfección la misión de señuelo. Precisamente esta semana, el diario El Mundo publicaba una noticia acerca del submarino S-80, desarrollado por España, en la que se afirma que cuenta con tecnología de la NASA. ¡Ahí es nada! Es como si la tecnología de la agencia americana fuera de carácter iniciático, reservada a unos pocos elegidos.

Pues bien, en la UAH tenemos la dicha de contar con el Space Research Group (SRG), el célebre grupo de investigación espacial, compuesto de españolitos, en el que la NASA tiene depositadas todas sus ilusiones, esperanzas, sueños, anhelos y más elevadas aspiraciones.

Dicen las malas lenguas que, a pesar de su cacareada excelencia, andan bastante flojos de proyectos financiados no sé si será verdad, pero la misión Proba-3, liderada por España no ha contado con ellos— y como se necesitan muchos becarios para escribir los artículos de los que se adornan los jefes, se han inventado la Bienal Internacional del Espacio con el fin de hacerse notar. Como habrá comprobado, amable lector, la página web es vacua y la ausencia de contenidos evidencia la insípida realidad.

Con todo, no podemos perdernos el hall de la fama, que no tiene desperdicio y cuya imagen copio a continuación.


Quitando a los convidados de piedra, vemos que el SRG tiene dos coordinadores o, siendo precisos, un coordinador y un co-coordinador, un "co-co", para simplificar. Pero también tiene un IP o investigador principal del instrumento Energetic Particle Detector (EPD) de la misión espacial Solar Orbiter, que a su vez es miembro... ¡A ver! Que me pierdo. El IP, catedrático de Astrofísica, no es coordinador sino miembro... Y entonces, ¿qué pintan dos catedráticos de Arquitectura de Computadores? ¿Qué coordinan, si el especialista es el de Astrofísica?

Lo mejor viene cuando rascas un poco. Si no me he despistado en el enredo, del EDP solamente han diseñado el Instrument Control Unit (ICU), que está basado en otro previo de 1995 y que supone menos de un 10% del detector de partículas, y que, para colmo, no veo que aporte nada en el campo de la Arquitectura de Computadores.

Es muy elocuente la siguiente fotografía. Observen al público, todos ellos sesudos tecnólogos de la NASA, atentos al cohete que sostiene el Rector Magnífico mientras el coordinador del SRG, extasiado, desplaza la maqueta en el aire emulando parece— el rugido de sus motores con unas graciosas pedorretas. Y, entre tanto, el "co-co" mira arrobado la divertida explicación de su hijo putativo.


Ridículo. Estos farsantes vendehúmos, que firman artículos que trabajan otros y que se han apoderado de la universidad pública, necesitan de estos saraos para sentirse alguien, pues en su fuero interno saben que son la nada.

No parece que estemos en una universidad seria y se entiende lo del platillo y los Teleñecos. Estos "investigadores" tan sabios sólo están a gusto entre niños, muñecos, maquetas y sus palmeros, ya que si tuvieran que responder ante la NASA de verdad, escurrirían el bulto medrosos. No cogen una tiza ni en sueños. Se adornan con el trabajo de los demás, pero sus aportaciones concretas están por ver. ¿Qué méritos en Arquitectura de Computadores tiene el coordinador del SRG, Sebastián Sánchez Prieto? ¿Y el "co-co"? Yo no los encuentro. Recuerdan tanto al catedrático Portilla, que, en su tierna inocencia, confiesa que el grupo de investigación se lo lleva otra persona.


El efecto Dunning-Kruger es un conocido sesgo psicológico según el cual aquellas personas con capacidades limitadas tienden a sobreestimar su rendimiento, mientras las de alto rendimiento manifiestan la tendencia opuesta, esto es, subestiman sus facultades. Esto se cumple a la letra en el caso que nos ocupa.

Raúl lo expresa de una manera muy gráfica... y muy geométrica. Cuando sabes muy poco, el contorno con lo desconocido es tan pequeño que te crees un erudito. Solamente el estudio y el trabajo constantes amplían el volumen de lo conocido y con él, el contorno con lo ignorado ayudándote a comprender aquello de "sólo sé que no sé nada".

Dicho de otro modo, la ignorancia es atrevida y estos zoquetes, que no están dispuestos a abrir un libro se creen doctos, pero, como mucho, se engañan a sí mismos. Ahí tenemos al SRG buscando el santo grial del determinismo en máquinas no deterministas, sin haberse enterado de que ese problema está resuelto desde hace más de 30 años. Estudian tan poco, que aún no han llegado a ese tema, y no creo que lleguen antes de jubilarse, pues están muy ocupados en fingir lo que no son.

Termino. El "co-co" merecería una entrada en exclusiva, o quizá, una serie, como fenómeno digno de análisis. Su conocimiento espacial se limita a poco más de un segundo luz y le viene por parte de madre. Está jubilado desde el Pleistoceno y, aunque dice que es emérito, no figura en el censo oficial de la UAH. Su patológico afán de protagonismo se manifiesta ahora, en los minutos (segundos en su triste caso) de la basura, con la pretensión de maquillar su paupérrima trayectoria profesional. Daría pena si no fuera porque todo el mal que ha hecho, copando la institución de inútiles a su medida, va a ser muy difícil de remediar.


P.D.: Saludo a mis nuevos lectores de la UCM y les animo a denunciar, allí también, todas las trapacerías que se perpetran en las universidades públicas, revestidas de diverso pelaje, pero siempre con el mismo fin: apropiarse de una institución llamada a servir a la sociedad para lucrarse de ella en beneficio propio.


jueves, 7 de noviembre de 2024

Increíble

Es indudable el consenso de la opinión pública acerca de que la educación en España es un desastre. Así lo indican los estudios comúnmente aceptados y la impresión generalizada. Otra cosa es como tratar el problema, pero ahí no hay tanto consenso. Y, finalmente, está la falta de voluntad política para abordarlo.

Como muestra cuantitativa podemos exponer el informe del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes. Los datos de la gráfica siguiente están sacados del PISA 2022 y no dejan lugar a dudas.


No obstante, además de los sesudos informes técnicos, hay otras señales perceptibles en el día a día que son tan elocuentes como las de la figura. Por ejemplo, la manera de expresarse del común de los mortales.

¿Se ha percatado, amable lector, del descarado abuso del adjetivo increíble? Habría que promulgar alguna ley que protegiera a estas pobres palabras. Ahora todo es increíble, hasta lo más probable.

En las pasadas olimpiadas, por ejemplo, el apoyo del público fue increíble. ¡Hombre! También pudo ser incondicional, entregado, caluroso, absoluto, devoto, vivo, ardiente, entusiasta, vehemente... Pero no: sólo fue increíble. ¡Vaya! ¿Qué ha hecho increíble para que se le inflija el castigo de cargar con la responsabilidad del resto de calificativos?

¿Y qué decir del tiempo complicado? Ahora los fenómenos atmosféricos pueden ser complicados, aunque, curiosamente, nunca llegan a ser sencillos. Mañana el tiempo será complicado en vez de lluvioso, frío, ventoso, tórrido, desapacible, gélido, riguroso, sofocante, destemplado, húmedo... Mira que tenemos nombres, adjetivos y verbos para todos los meteoros y sus gradaciones, pero el hombre del tiempo nos pronostica un tiempo complicado. ¡Qué simpleza!

Brutal. Este es otro adjetivo con pluriempleo. Cuando nos ponen en la radio una canción buena es un temazo brutal. A mí me da hasta un poco de miedo, aunque, luego llega otro temazo y este resulta ser brutalísimo, y ya no sé a qué carta quedarme.

Esto que describo no es cuestión de modas o consecuencia de la natural evolución de la lengua. ¡No! Es pobreza cultural. Nuestros mayores, incluso sin estudios, manifiestan una riqueza lingüística muy superior a la de los jóvenes (y no tan jóvenes). 

Para poder pensar bien hace falta un lenguaje suficientemente amplio, preciso y versátil, porque de lo contrario nos será muy difícil expresar la realidad y alcanzar juicios verdaderos. Al final, estaremos a expensas de los eslóganes publicitarios. ¿Se ha fijado que la comunicación de los políticos se basa en consignas repetitivas ayunas de conceptos? ¡Por algo será!

Mutatis mutandis, es lo que sucede en un computador. Si queremos que la máquina trabaje con una buena precisión, es indispensable que su sistema de codificación sea lo más amplio posible.

Otra muestra de la indigencia cultural que vivimos está en las nuevas unidades de medida que han desbancado al sistema internacional. Ahora calculamos el área en campos de fútbol, la capacidad en piscinas olímpicas y la altura en torres Eiffel. No sé si es para reír o para llorar...

Lo que sí sé es que mi generación ha traicionado a los jóvenes privándoles del verdadero conocimiento y conculcando su derecho a estar bien formados.


miércoles, 30 de octubre de 2024

La clase karaoke

Comentando con otros profesores los ya habituales desatinos en el (des)gobierno de la EPS de la Universidad de Alcalá, lo que hemos bautizado como GPO o Gobierno Por Ocurrencias, alguien habló de la "clase karaoke".

La clase karaoke es un sucedáneo docente consistente en leer diapositivas. Para llevar a cabo este método de enseñanza sólo hace falta disponer de un fichero PowerPoint sobre el tema y un apuntador inalámbrico. Y digo "sólo" (con tilde, que yo soy de los de Pérez Reverte) porque no hace falta profesor: puedes colocar un figurante debidamente adiestrado para dar el pego.

No digo que las diapositivas no sean adecuadas en algunas circunstancias: presentaciones de trabajos, exposiciones del estado del arte, descripciones con imágenes, etc. Sin embargo, se abusa. He visto estupefacto, en la EPS de la Universidad de Alcalá, como daba clase de Física un tipo sentado y leyendo diapositivas, por poner un ejemplito de muestra.

Como las clases de la la EPS de la Universidad de Alcalá se organizan en bloques de 2 horas, imagínese, amable lector, el peñazo que supone asistir a semejante bodrio. Como, además, el profesor karaoke proporciona sus diapositivas en el Aula Virtual, los alumnos no van a clase. Luego se quejan nuestros gestores académicos del absentismo de los alumnos.

Está documentado que dar digestos y resúmenes (lo cual incluye las diapositivas) provoca absentismo y representa un estimulo negativo al uso de bibliografía, pero da lo mismo: las evidencias científicas se aceptan cuando conviene, y si nos vienen mejor las pseudoevidencias, pues nos adherimos a ellas con fruición. De estas cosas hablaba hace unas semanas Nuno Crato, exministro luso de educación, en la presentación del libro Apología del libro de texto (Narcea ediciones) en el que explica como consiguió elevar el nivel educativo de su país.

Ahora bien, los estudiantes se dan cuenta de la trampa. Me contaban ayer que cuando le preguntas algo al profesor karaoke, se nota que no sabe porque vuelve a leer la dispositiva. ¡Penoso!

La aplicación de la LOSU, con la rebaja de carga lectiva a algunas figuras docentes, nos ha traído al profesor sustituto, un nuevo tipo pensado para cubrir desajustes y cuyos candidatos se encuentran entre doctorandos y becarios. La sorpresa ha sido mayúscula cuando nos hemos dado cuenta de que estos doctorandos desconocen por completo los rudimentos del área de conocimiento en la que investigan. ¿Qué investigación están haciendo, pues? ¿Qué les enseñan sus catedráticos? Pero, claro, es que habría que examinar primero a los catedráticos para verificar que se saben la lección. ¡Asombroso!

Ahora bien, estos profesores sucedáneo se sienten muy guays, muy innovadores y están muy contentos de haberse conocido. Y, como Dios los cría y ellos se juntan, ahora se toman un café juntitos para charlar de sus cosas. Vean el cartel.


¡La clase invertida con patas! Hasta el cartel da grima. Si Cisneros levantara la cabeza...

viernes, 28 de junio de 2024

¿Se autocensura "El Puerta"?

Charlaba hace unos días con un profesional de las tecnologías digitales en el mundo de la prensa y me decía que muchos medios subsisten malamente o están quebrados, y achacaba la pésima situación a la nefasta gestión y al "pasteleo" con el poder. Me decía que la gente no está por comprar periódicos que reproducen noticias enlatadas y mal escritas, y que la publicidad programática, esa que aparece en los medios digitales, no da para vivir.

Me acordé entonces de que mandé en diciembre de 2023 un artículo al semanario El Puerta de Alcalá de Henares. Un medio que todavía se distribuye físicamente, además de tener su correspondiente página web. El Puerta vivió momentos mejores, pero aún hay gente que lo recuerda con cariño.

Pregunté si les podía mandar un escrito y ante su buena disposición me animé a redactar unos párrafos sobre la celebración del 25º aniversario de la declaración de Alcalá de Henares como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Mi colaboración nunca se publicó y cuando, pasado algún tiempo, les pregunté el motivo no obtuve ni una evasiva por respuesta.

Ciertamente, mis comentarios no eran elogiosos hacía los gestores de la institución universitaria, pero creo que la autocensura no es buena. Todos estamos de acuerdo en que la prensa tiene un importante papel de control en la sociedad y, sin lugar a dudas, la Universidad de Alcalá está fuera de control.

El proceder de El Puerta es idéntico en otros medios: Alcalá Hoy, Dream! Alcalá o GuadaNews se han hecho eco de la falacia de los 8 alumnos por profesor sin molestarse en contrastar el trasfondo de la noticia. En realidad, lo único que hacen es reproducir lo que les manda prensa de la UAH, pero esto no es un servicio a la sociedad, sino un modo facilón de hacinar contenidos para canalizar una mezquina publicidad de magro provecho.

Reproduzco a continuación el artículo que no quiso publicar El Puerta. Que cada cual juzgue lo que considere oportuno.

La Universidad de Alcalá ahogada en diletantismo

El pasado 2 de diciembre se cumplía el vigésimo quinto aniversario de la declaración de Alcalá de Henares como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, efeméride íntimamente unida a la Universidad fundada por el cardenal Cisneros en 1499. No en vano, el reconocido conjunto histórico de la ciudad es consecuencia del modelo universitario creado por su fundador, en el que todo, incluido el urbanismo, gira alrededor de la institución académica: “Ciudad de Dios como Ciudad del Saber”, que podemos leer en la documentación valorada por la UNESCO.

Como merece la ocasión, tanto el ayuntamiento como la universidad han organizado diferentes actividades con el fin de conmemorar fecha tan señalada: conferencias, visitas guiadas, conciertos, concursos, premios… Todo un derroche que los dirigentes de la universidad han hecho girar en torno a la palabra “VIVA”, podría ser que traicionados en su subconsciente por la triste percepción de que la organización que gestionan languidece, sin que su mezquino talento sea capaz de enderezar el rumbo.

Paradigmático me parece el vídeo mapping del pasado 14 de diciembre, proyectado sobre la primorosa fachada plateresca del Colegio de San Ildefonso, sede de la Universidad. El montaje explicativo cumplió su función a la perfección con un despliegue de luz y color impresionante, pero no olvidemos que ese dispendio es efímero. El Rector, José Vicente Saz Pérez, parece muy ocupado en juegos de luces, mientras este mismo año la Universidad de Alcalá ha caído al último tramo en el ranking de Shanghai, el listado mundial que mide la calidad de las instituciones universitarias.

Estoy de acuerdo en que los listados no son la piedra de toque de la calidad, pero andar rozando el puesto 1.000 no es un buen síntoma. Ciertamente hay otros tan preocupantes o más que este. Ante la  grave pérdida de alumnos que sufrimos, a nuestros mandameses no se les ha ocurrido mejor idea que promocionar los estudios superiores con un par de títeres, que ha tenido a bien presentar Sebastián Sánchez Prieto, vicerrector, para más señas. La majadería no parecer haber tenido gran repercusión, aunque es muy ilustrativa de que el equipo de gobierno no sabe qué es una universidad.

Más alarmante aún que las marionetas y la pérdida de prestigio internacional es la composición de la plantilla docente. Menos del 30% de los profesores somos funcionarios de carrera. El resto se cubre con una variedad de figuras que, o bien tienen otro trabajo como dedicación principal (es el caso del 30% de profesores asociados), o bien son altamente dependientes en su promoción de la voluntad de los que gobiernan el cotarro, esto es, son títeres de carne y hueso. Esta política de personal tiene un doble objetivo. Por una parte, el profesorado precario ha de trabajar duro, haciendo crecer el curriculum investigador de sus superiores, si quiere consolidarse y, por otra, se impide que llegue a la institución nadie que haga sombra a la caterva de aficionados que la gobiernan.

La dirección de la institución está más ocupada en afianzar su grupo de adeptos que de alentar la “ciudad del saber”. Así, en los últimos 9 años, se han convocando unas 200 plazas de catedráticos de promoción interna, con el objetivo de asegurar en el poder a la banda que se ha apoderado de la cisneriana. Esta manera de cubrir los puestos docentes evita la llegada de talento externo, consume la institución y empobrece el esperado servicio a la sociedad. Particularmente escandaloso es que tanto el rector, José Vicente Saz Pérez, como el antes citado Sebastián Sánchez Prieto, hayan accedido a la cátedra de promoción interna ostentando ellos mismos el cargo de vicerrector de personal docente e investigador en diferentes momentos. Será legal, pero no es estético.

Sin el más mínimo rubor, han convertido la universidad en una sociedad de bombos mutuos, en la que se elogian, se premian y se autoconceden medallas de plata de la universidad, de las que luego alardean como si tuvieran algún valor. Eso sí, muy dignos, se abstienen de votar el día que el Consejo de Gobierno aprueba el galardón que ellos mismos se otorgan.

Es verdad que la universidad en general y la española en particular están en crisis, fundamentalmente porque se ha pervertido el fin de la misma, desviándolo de la búsqueda de la verdad y su difusión, valorando únicamente la “investigación”, entendiéndose por ella la publicación de artículos en revistas científicas. Es decir, se menosprecia el estudio y la docencia, para poner el foco en algo superfluo y altamente proclive a la corrupción. Recordemos que los abundantes escándalos de los que se ha hecho eco la prensa, han conducido a que las agencias de evaluación a modificar ligeramente sus criterios, en un tímido intento de evitar tanta picaresca. No obstante, la patología de la Universidad de Alcalá viene agravada por el diletantismo de nuestros gestores, unos aficionados jugando al monopoly universitario con el mezquino objetivo de que nadie destaque por encima de ellos.

Una manifestación propia de la enfermedad que padece nuestra universidad es la política de descargas docentes. Existe un extenso reglamento en el que se detallan mil motivos por los que se le concede al profesorado una rebaja en las horas de clase que ha de impartir. En realidad, es un juego de suma cero, ya que la institución no cubre esas horas con personal adicional, sino que la reducción de unos la asumen los demás. Sin embargo, se ha conseguido que el claustro de profesores compita entre sí para lograr descargas, en una loca carrera que no lleva a ningún sitio. Este artefacto consigue que la gente procure no salirse del carrilito establecido por el poder, intentando gustar a los que mandan. Puede resultar insólito que aquel cuyo trabajo es la docencia, procure con todas sus fuerzas no dar clase, pero a este grado de descomposición hemos llegado.

Permítame el lector que termine describiendo la penosa situación de la Escuela Politécnica Superior, centro al que estoy adscrito desde hace más de 30 años. Para no aburrir, daré solo unos datos. Este curso tenemos unos 1.500 alumnos de grado, de los cerca de 7.000 que tuvimos en tiempos mejores. Entre los 4 grados de ingeniería en Telecomunicaciones que ofertamos, sumamos unos 300 alumnos, esto es, unos 75 por grado. Habida cuenta de que entran 50 en primero, quedan 25 estudiantes “flotando” en los 3 cursos superiores. Como se puede concluir, no tenemos la más mínima capacidad de convocatoria ni reconocimiento social, tal y como evidencia esta sobrecogedora tasa de abandono.

Los gestores de la Escuela llevan 5 lustros promoviendo la rebaja del nivel académico en la creencia de que si aprueban muchos, llenaremos las aulas. El acoso al profesorado ha conseguido su objetivo y, valga de muestra, el curso pasado, el 50% de las asignaturas de cierto grado se saldaron con aprobado general. Esta errada política académica nos está pasando factura: aulas vacías, descrédito social, desánimo y deserción. Los planes de estudios son un simple hacinamiento de asignaturas sin objetivo académico, cuyos contenidos, en muchos casos, difieren notablemente de su título. Para colmo, los cuatrimestres se convierten en trimestres, escamoteando a los estudiantes 3 o 4 semanas de docencia y las clases de 2 horas se reducen sin que nadie vigile. ¿Cómo va a velar el Director de la Escuela por el debido cumplimiento de las obligaciones académicas, si ha sido puesto por la panda que controla el poder? ¿Cómo va a acometer la modificación de los planes de estudios, si es deudor de los que prefieren no cambiar nada?

Particularmente ilustrativo es el caso de los másteres. Entre los dos “profesionalizantes” que ofertamos, juntamos unos 40 alumnos, mientras que el claustro de la EPS cuenta con casi 90 catedráticos (muchos de promoción interna). ¡Nunca tantos catedráticos concitaron tan poco interés por su sabiduría!

Aburrimos y desmotivamos a nuestros estudiantes. La gente joven se crece ante los retos, quiere aprender y que le enseñen. Si no es así, sencillamente se va. ¿Para qué perder el tiempo? Hay otros sitios más interesantes y, como dicen muchos, se aprende más en Formación Profesional. La universidad pública debería consagrarse al servicio de la sociedad en la elevada tarea de difundir el saber, pero, muy lamentablemente, ocurre lo contrario: una partida de mediocres se ha apoderado de ella para vivir de la impostura.

Si Cisneros levantara la cabeza...